lunes, 7 de enero de 2008

La seducción electoral del PRD

Para el partido gobernante panameño todos los comicios se convierten en una especie de fiesta del becerro dorado. De ello dan cuenta  cada cierto tiempo sus más de medio millón de adherentes, pues practican una política casi religiosa en determinadas costumbres políticas.  No obstante, en tiempo de elecciones, la elite que los dirigen son mucho más pragmáticos que doctrinarios.  Y seguramente así será el 20 de enero  cuando el PRD elija a sus delegados.

 

El Partido Revolucionario Democrático pondrá ese día en movimiento su bien organizada maquinaria política para elegir a 4 mil 200 delegados, que integrarán luego el Congreso Nacional del partido con el mayor número de inscritos en Panamá.  Pero, ¿cuál es la importancia de los delegados? 

 

En primer lugar son los que tendrán que elegir en marzo próximo a los miembros del Comité Ejecutivo Nacional (CEN).  El candidato único (no oficializado aún) para Secretario General del CEN es el presidente Martín Torrijos.  Ahí no pareciera haber problemas.  Pero no ocurre así con el cargo de la presidencia del partido, que se disputan la actual ministra de la vivienda, Balbina Herrera, y el ex mandatario panameño Pérez Balladares.  Ambos han alentado a sus bases para ganar con el mayor número de delegados adeptos a sus respectivas postulaciones.  Lo que salga de esta “alquimia política” es determinar al final del camino, para las primarias del PRD, quien será el candidato que pueda ganar las elecciones presidenciales del 2009.  

 

Por ahora, el PRD se prepara para su primera gran fiesta electoral interna, “adorándose” entre saludos y sonrisas, pero sin mostrar los dientes.  Saben hacerlo ya que, en los últimos 18 años de vida democrática,  en dos ocasiones distintas han podido ganar la presidencia en Panamá.  La primera con Ernesto Pérez Balladares y la última, en 2004, con el actual presidente Martín Torrijos.    

 

Pero lo que está en juego es un asunto importante.  Hay mucho que ganar o perder. Tanto para ellos como para el resto del país, pues esta pequeña nación de escasos tres millones de habitantes, posee un índice de crecimiento económico del 9 %, generados principalmente por las grandes obras de infraestructura, el auge inmobiliario, el desarrollo turístico, una banca sólida asentada en una economía dolarizada desde sus inicios como república y, por supuesto, el mega proyecto de la ampliación del Canal.   Con este fenomenal mapa económico el tema electoral es seductor, y le pone los pelos de punta a los divididos y tradicionales opositores políticos. 

 

Los críticos consideran que el PRD, bajo el liderazgo de Torrijos, no ha resuelto las políticas redistributivas que permitan la integración de buena parte de su población al modelo de prosperidad actual y que ha enquistado la inequidad.  Los problemas en salud, educación, transporte y seguridad, son temas que en el entorno del PRD parecieran ser secundarios.  

 

Lo que hacen es copiar el clásico pragmatismo estadounidense en tiempo de elecciones. El alto crecimiento económico encamina el discurso del partido gobernante.  La crisis, suponen ellos, puede esperar. Argumentan también que el capitalismo global que apoya la civilización occidental es inacabable y a escala planetaria.  Están concientes que el auge actual del país lo capitaliza el partido oficial.  No hay duda que los adherentes y los delegados del partido se dejarán seducir por los estrategas del PRD para seguir adorando el “becerro de oro”.